domingo, 11 de julio de 2010

Noticia publicada por Diario de avisos

Cultura: diagnóstico crítico

Gestores y promotores afrontan la reducción presupuestaria y de público

Dice el director de cine y escritor Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) que "buscarle una rentabilidad determinada a la cultura no es muy cultural". Este es el punto de partida o argumento inicial sobre el que se sustenta el futuro de los productos artísticos y de ocio en Canarias. Mientras las administraciones públicas -de carácter estatal, regional, insular y municipal- intentan explicar (y en ocasiones excusar) los ‘dolorosos’ recortes presupuestarios en cultura y educación, las salas de exposiciones, museos, teatros, centros culturales, compañías, creadores, promotores musicales, agentes e intelectuales ponen a prueba su creatividad en busca de una planificación racional que les permita seguir subsistiendo en la actual situación de crisis global. Acreditadas voces de la cultura de las Islas toman la palabra en DIARIO DE AVISOS para analizar, describir y afrontar el impacto del contexto económico desfavorable en la oferta artística del Archipiélago.

Justo ahora que el Gobierno de Canarias trabaja en la elaboración de un Plan Estratégico del Sector Cultural, la globalización está llevando a una estandarización de las manifestaciones artísticas deglutiendo la diversidad cultural en medio de un escenario económico nada favorable que, según los últimos datos publicados, repercute de manera evidente en el Archipiélago. Estas circunstancias contraproducentes obligan a un nuevo planteamiento en materia cultural, impulsando políticas caracterizadas por las restricciones presupuestarias y una gestión de los recursos más racional y moderna.

Cabe entonces preguntarse ¿es rentable la cultura? La respuesta a esta pregunta conduce a homologar este sector con otros de la actividad económica, en términos de políticas públicas y circuitos estadísticos, lo que llevaría a tratamiento equivalente al de otros productos comerciales (la industria cultural). Al respecto, Leopoldo Mansito, director de LM Producciones, opina que "la cultura hoy mueve cantidades ingentes de dinero y trabajo, es un sector dinámico que aporta alrededor de un 4% al PIB". El promotor reconoce que la crisis ha afectado considerablemente los conciertos que organiza, "con una menor asistencia de público", un hecho que ya habían previsto con antelación "con un plan diseñado para llegar al ánimo de las empresas privadas", lo que les ha permitido paliar la merma de "las ayudas públicas".

Mansito coincide con Juan José Ramos, gerente de Birding Canarias -empresa que promueve, entre otros, el Festival Boreal de Los Silos-, en que "cuando inviertes en eventos culturales en municipios alejados del área metropolitana estas apoyando motores de desarrollo socioeconómicos de los municipios afectados, pues potencias desplazamientos de turismo interior, que buscas en estos eventos algo más que disfrutar de una actuación". Asimismo, el director ejecutivo de Tensamba Producciones recalca que "la oferta cultural puede atraer a grandes cantidades de turismo que no sólo haría que las actividades gozaran de un gran número de asistentes como riqueza para las islas", sino que se traduciría en su aporte a otras áreas de la economía.

Justificar la inversión

Profundizando en esta cuestión, hay quienes consideran que la rentabilidad de la cultura no debe medirse únicamente en términos de PIB, ya que sus beneficios superan lo estrictamente económico, traduciéndose en términos intangibles, esto es, educativos, formativos y de conocimiento. Para muchos sociólogos, el nivel cultural de un país se mide de acuerdo con el número de personas que acceden a ella y a la gente que participa en el devenir creativo. Sin embargo, los últimos análisis llevados a cabo en el Archipiélago sobre la práctica cultural -entendida como la costumbre de asistencia o consumo y el interés que suscitan las actividades y productos culturales en los ciudadanos- concluyen que en las Islas existe una "excesiva dependencia pública", que se une a un nivel de consumo cultural por debajo de la media nacional.

Pero ¿debemos justificar la cultura en términos de rentabilidad? ¿requiere ayudas privadas y/o públicas? En relación con esta cuestión, las posturas son claras. Leopoldo Mansito insiste en que "las instituciones públicas no deben pensar que la cultura es un sector prescindible". Una idea con la que está de acuerdo Miguel Ramírez, director del Festival Internacional Canarias Jazz & Más Heineken, quien manifiesta que "hay que hacer un esfuerzo para que el público entienda que la cultura tiene un precio, que existe una industria, por lo que no todo puede ser financiado por lo público".

Mientras, Javier Jiménez, gestor cultural y director de Folelé Producciones, estima que la mayor o menor respuesta del público depende no sólo de la actual coyuntura socioeconómica, sino también de muchos otros factores" por lo que "habría que tomar aún más en consideración factores de desarrollo tales como la diversidad y la diversificación, la participación, el rédito, criterios de calidad en la elección y en la ejecución, prever para acertar en la distribución de los recursos y trabajar sinfín en la difusión". Martín Rivero, responsable de Rider Producciones+Tanto Arte Producciones, defiende que la cultura es " uno de los motores económicos más importantes y más dinámicos", aunque matiza que "representa una asignatura pendiente es articular una política correcta y coherente para fomentar la creación de un mercado cultural genuinamente canario, que hoy por hoy es escaso y precario".

En el momento de abordar un análisis objetivo acerca del impacto de la crisis en la cultura canaria no debe olvidarse que el Archipiélago posee un mercado pequeño, lo que ofrece un recorrido corto a las propuestas artísticas. Antonio Paiz recuerda que "hay que planificar nuestra oferta cultural sabiendo lo que somos, territorio fragmentado que prácticamente vive del turismo pero sin perder ojo a lo que se realiza en otros lugares, sobre todo en lugares similares a nosotros".

Nuevos retos

A la hora de vislumbrar un futuro para el sector cultural, los gestores y promotores de Canarias no llegan al consenso. Mientras algunas voces defienden ciegamente en la colaboración entre lo público y lo privado, otros idean nuevas formas de ‘inversión’ basadas en el modelo de financiación anglosajón; y los menos optan por un sistema a medio camino entre el americano y el europeo o latino unido a los beneficios de la taquilla. ¿Habrá solución?

Excesiva dependencia

Según el Diagnóstico del Plan Estratégico del Sector Cultural de Canarias, la subvención institucional debe conseguir un efecto multiplicativo a través de la la colaboración entre el sector público y el privado con el objeto de evitar la dependencia pública de buena parte de los subsectores de la cultura, lo que es un factor limitador que debe evitarse desde la consistencia tanto de las políticas públicas como de la oferta privada.

Saber más

Gasto público. En los últimos años, el presupuesto de cultura del Ejecutivo regional ha experimentado un crecimiento significativo, un indicativo que ha sufrido un retroceso a causa del actual contexto económico. En relación al volumen de población, la inversión en Canarias supera la media española.

Cabildos. El gasto público de la comunidad autónoma en relación al volumen de población supera la media española. Los Cabildos, tienen un papel central en la dotación presupuestaria a diferencia de lo que sucede en la mayoría de comunidades autónomas españolas.

0,19% del PIB es la media española del gasto de las administraciones autonómicas y de 44,4 euros por habitante, mientras que en Canarias, en relación al PIB la cifra es inferior, 0,13%, aunque con la población se supera la media española con 55,5 euros por habitante.

Formación. El bajo nivel formativo de la población limita su acceso a la oferta cultural.

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